Con el Miércoles de Ceniza inician los 40 días en los que la iglesia llama a los fieles católicos a la conversión y a prepararse para vivir los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en la Semana Santa.

El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. Es importante recordar que la bendición de las cenizas, como todo sacramental, solo puede realizarla un sacerdote o diácono.

La tradición de imponer la ceniza se remonta a los primeros años de la Iglesia Católica. En la antigüedad las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo.

Para esta importante ceremonia se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas se rocían con agua bendita y luego son aromatizadas con incienso. Sin embargo, el Miércoles de Ceniza no es día de precepto. La imposición de ceniza no es obligatoria para los católicos.

El gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente, se hace como respuesta a la palabra de Dios que invita a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de preparación para la Pascua.

El Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia, como en el Viernes Santo, para todos los católicos mayores de 18 años y menores de 60. La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años todos los viernes de cuaresma.

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