La tortuga carey (Eretmochelys imbricata), es una especie de tortuga marina de la familia de los quelónidos. Es la única especie del género Eretmochelys.

El material que conforma las placas de su caparazón se denomina carey.

Este material se utiliza en varios complementos personales, como los marcos de los anteojos, anillos o pulseras y en multitud de objetos decorativos.

En 1994, Japón dejó de importar caparazones de tortugas carey de otras naciones.

Es una de las más pequeñas de todas las tortugas marinas, midiendo hasta 90 cms. de longitud y alcanzando hasta 80 kilos. Sus aletas delanteras son de longitud mediana en comparación con las de otras especies, además tienen dos uñas en cada aleta.

Es la más “tropical” de todas las especies, en aguas tropicales y subtropicales del Atlántico, Pacifico e Índico, donde aparece en zonas de arrecifes de coral, áreas rocosas, estuarios y lagunas costeras.

Su dieta consiste de esponjas, anémonas, calamares y camarones. La tortuga carey juega un papel ecológico importante en la salud del ecosistema de los arrecifes.

La Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) la clasifica como una especie en Peligro Critico de Extinción.

Las hembras anidan cada dos años o más, y ponen entre 2 y 5 veces por temporada, en promedio, cada nido tiene 160 huevos pequeños. Los huevos se incuban alrededor de 60 días. El color del caparazón de las crías varía entre café claro y oscuro, y son relativamente pequeñas, con una longitud típica de 40 mm.

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