El nacimiento de la Plaza de San Pedro del 2020, es un polémico Belén que recupera el Papa Francisco con vikingos y astronautas que indigna a los fieles.

El Belén, estéticamente alejado de las representaciones clásicas, procede de la localidad de Castelli, en la región de Los Abruzos, y está compuesto por cincuenta y cuatro figuras. Fue realizado entre 1965 y 1975 por los docentes y alumnos del Instituto de Arte F. A. Grue.

El Portal de Belén está compuesto por grandes figuras que superan el tamaño natural, sintetizadas en formas voluptuosas pero simples: un cilindro para el cuerpo y una esfera para la cabeza.

Entre las figuras representadas, están el buey y la mula, los tres reyes magos, de tamaño real y forma cilíndrica como barriles de petróleo, José y María, con siluetas similares a las de un torpedo, una colección de pollitos que lucen como meteoritos derribados, un camello hecho de cubos, un ave rara parecida a un pavo y una oveja como un enredo de polvo o lana.

En el centro dos figuras totémicas y enigmáticas; uno lleva un escudo y una lanza decorativa y el otro en lugar de la cabeza tiene un caldero al revés tallado como una calabaza de Halloween. El otro lleva un casco de astronauta y sostiene la luna en las manos, con un letrero: “Primer alunizaje”.

La representación ha indignado a los fieles, que se han quejado en redes sociales, calificandola de "esperpento". El Catholic Herald, la denomina “El vergonzoso pesebre de ciencia ficción del Vaticano”.

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