Tras los ataques por parte de la Alemania nazi en contra de los petroleros mexicanos "Potrero del Llano" y "Faja de Oro", el 28 de mayo de 1942, la seria y segura voz del presidente Manuel Ávila Camacho resonaba en las radios a lo largo y ancho del país: “Frente a esta reiterada agresión, …un pueblo libre y deseoso de mantener sin mancha su ejecutoria cívica no tiene más que un recurso: el de aceptar valientemente las realidades y declarar… que… existe un estado de guerra entre nuestro país y Alemania, Italia y Japón”.

Treinta pilotos mexicanos bajo el nombre de combate “Águilas Aztecas”, fueron enviados al frente de batalla para pelear en contra de la legendaria fuerza del Sol Naciente.

El Escuadrón 201 voló en misiones junto al escuadrón de caza 310 de la USAAF a menudo dos veces al día, utilizando aviones prestados por la USAAF. Finalmente se recibieron 25 nuevos aviones P-47D-30-RA Thunderbolt, marcados con las insignias de la USAAF y la FAM.

Las "Águilas Aztecas" volaron 1.966 horas en misión de combate, sirviendo en observaciones, bombardeos y ametrallamientos de posiciones japonesas en Filipinas y Formosa. Los pilotos mexicanos jugaron un papel decisivo en la liberación de la Isla de Luzón.

Solo cinco pilotos mexicanos murieron en el frente. Al final de la Segunda Guerra Mundial, las "Águilas Aztecas" habian puesto fuera de combate a 30,000 soldados japoneses, destruyendo infraestructura, armas y convoyes de abastecimiento y refuerzo.

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