Los modos verbales en la lengua española son tres: el modo indicativo, el modo subjuntivo y el modo imperativo.

El modo verbal está estrechamente relacionado con la intención del hablante; la forma en la que se expresa el verbo nos dice de qué forma se debe interpretar lo dicho por el hablante.

El modo verbal se manifiesta en la forma de un verbo ya que éste cambia su terminación para expresar alguno de los tres modos verbales (indicativo, subjuntivo o imperativo). A esta modificación del verbo se le conoce como flexión verbal; asimismo, los verbos cambian su forma para expresar tiempo, persona y número.

Los verbos conjugados en modo indicativo indican que aquello que expresa el emisor es algo real, algo dado por hecho que sucede en un tiempo determinado.

Los verbos conjugados en modo subjuntivo implican una realidad virtual, que no ha ocurrido como un hecho o que no se puede verificar. Por ejemplo, suele expresar deseos, suposiciones, posibilidades, expectativas.

Los verbos expresados en modo imperativo implican una orden o una petición respecto a la acción enunciada. Los verbos en modo imperativo cumplen una función apelativa, ya que el emisor espera algo del receptor: que haga algo.

Ejemplos:

Modo Indicativo: María trabaja en la mañana.

Modo Subjuntivo: Yo quiero que María trabaje en la mañana.

Modo Imperativo: María ¡trabaje en la mañana!

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