La cascada de Nachi en Nachikatsuura, prefectura de Wakayama, es una de las cascadas más famosas de Japón. Con una caída de 133 metros, es la cascada más alta del país con un solo chorro de agua ininterrumpido.

Se cree que era la casa de un kami llamado Hiryū Gongen, adorado en Kumano Nachi Taisha, hoy parte de los Sitios sagrados y rutas de peregrinación de los Montes Kii, un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2004.

En la parte superior de la cascada hay dos rocas que se cree que era la casa de un kami, denominado Hiryū Gongen, guardián de las cataratas y del santuario sintoísta, venerado en Kumano Nachi Taisha.

Aun así, se considera la manifestación de la Kannon de la cascada, que representa que la compasión fluye sin fin. También había un templo budista que fue destruido durante la Restauración Meiji, a finales del siglo XIX. Cada mañana un sacerdote Shinto ofrece ofrendas a la cascada en un ritual.

En 1918 se realizaron excavaciones en un montículo de la base de la cascada y se encontró que contendía muchos artefactos arqueológicos importantes, incluyendo estatuas, espejos, accesorios de altar y cilindros sutra, que se muestran en la Ryuhoden (Sala del Tesoro), que se encuentra junto a la Pagoda Sanjudo de 3 pisos.

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