Esta impresionante noria que ya forma parte del skyline de Londres tiene una altura de 135 metros, en su momento, fue la más alta del mundo. Desde su altura máxima es cuando mejor se aprecia la vista, los días claros es posible alcanzar una visibilidad de 40 kilómetros a la redonda aunque, si hay demasiado sol, la claridad impide ver algunas partes de la ciudad.

Desde que se construyó, miles de turistas suben cada día al London Eye para hacer un recorrido circular de unos 30 minutos que permite disfrutar de las mejores vistas panorámicas de Londres.

Inicialmente, se había planeado, que sería retirada después de las celebraciones del Milenio, sin embargo se decidió que la noria siga girando cada día, convirtiéndose en uno de los iconos más emblemáticos de la ciudad.

El London Eye tiene 32 cápsulas cerradas por un cristal en forma de burbuja, esto permite tener vistas panorámicas desde todas las perspectivas, una curiosidad es que la cápsula número 13, no existe, por cuestiones de superstición.

La noria se mueve muy, muy lentamente, de forma que aunque no se detiene en ningún momento, se puede subir sin problema a la cápsula desde una plataforma de acceso. En cada una de las cápsulas viajan unas 15 personas.

Las cápsulas del London Eye no son solo para hacer turismo, en realidad se puede hacer todo tipo de cosas allí: cata de vinos, cata de chocolates o degustación de champán. Esto permite, además de disfrutar una espléndida vista, vivir la experiencia de diversificada.

Más información: es.wikipedia.org