Hasta ahora pensábamos que la llamada Revolución Agrícola que tuvo lugar en el Neolítico fue la que dio paso a la fabricación de harinas y, posteriormente, a la elaboración de pan.

Sin embargo, el hallazgo que ha hecho la Arqueóloga botánica española Amaia Arranz Otaegui, en lugar de ser la agricultura lo que condujera al pan, puede haber sido justo al contrario, que el consumo de tortas horneadas lo que alentó a aquellos cazadores-recolectores a plantar semillas.

El descubrimiento lo publica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) y en el también han participado expertos del University College of London (UCL) y de la Universidad de Cambridge. Arranz, actualmente empleada en la Universidad de Copenhague, hizo este descubrimiento en el yacimiento de Shubayqa, ubicado en el llamado Desierto Negro, al noreste de Jordania.

Este pan plano carbonizado, con una edad de 14.400 años, es la evidencia directa más antigua de negocios agrícolas y precede hasta en 4.000 años al propio advenimiento de la agricultura.

Arranz admite que estos hallazgos "no son fáciles de reconocer" en las excavaciones porque "son literalmente amorfos, feos, y a ojos de alguien que no sea especialista se pueden confundir con restos de estiércol, tubérculos o madera carbonizada en muy mal estado".

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