Ramses II fue, para muchos, el más grande faraón del antiguo Egipto. Su reinado se extendió desde el 1279 hasta el 1213 a.C. destacándose por sus cualidades como militar, diplomático, administrador competente y un rey popular.

En la ceremonia de coronación, además de recibir el cetro y el látigo (las insignias sagradas destinadas a introducirle en el rango de los grandes dioses), le fueron otorgados cuatro nombres: "toro potente armado de la justicia", "defensor de Egipto", "rico en años y en victorias" y "elegido de Ra". A partir de ese momento su vida fue la de un rey-dios, hijo de dioses, objeto de culto y adoración general.

En la primera parte de su reinado logró imponerse en la guerra contra los hititas, destacándose la batalla de Quadesh que es la primera batalla de la historia documentada en fuentes antiguas.

Luego de reafirmar sus dominios en Siria y Palestina y su frontera oriental comenzó un extenso período de paz y prosperidad para el pueblo egipcio donde el genio constructor de este gran faraón dejó su huella con una gran cantidad de templos y monumentos erigidos por todo su territorio. Entre los más destacados se encuentran el Templo de Abu-Simbel, el Templo de Abidos, el Templo de Amón en Tebas, la gran sala hipóstila del templo de Amón en Karnak, etc.

Murió a los 87 años (sobreviviendo a muchos de sus hijos) y fue sepultado en la tumba KV7 del Valle de los Reyes. Su momia fue hallada en 1881.

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