Un año galáctico, o año cósmico, es el periodo de tiempo que tarda el sistema solar en realizar una órbita alrededor del centro de la Vía Láctea. Este se desplaza por el espacio a una velocidad aproximada de unos 800 000 km/h, por lo que las estimaciones sobre la longitud de la órbita varían entre 225 y 250 millones de años "terrestres".

Esto quiere decir que la Tierra tiene 18 años galácticos, y la última vez que estuvo en el mismo lugar en el que se encuentra ahora, los continentes se encontraban formando la Pangea y los dinosaurios se extendían por la faz de la Tierra.

La Vía Láctea es una galaxia espiral, y su diámetro medio se estima en unos 200 000 años luz, (1,89×10¹⁸ kilómetros) o 12 648 millones de unidades astronómicas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de alrededor de 25 766 años luz (7900 pc). Se calcula que contiene entre 200 000 y 400 000 millones de estrellas.

La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la galaxia de Andrómeda, aunque puede ser la más masiva, como muestra un estudio reciente.

El nombre Vía Láctea proviene de la mitología latina, y esta de la griega que significa en latín «camino de leche». Esa es, en efecto, la apariencia de la tenue banda de luz que atraviesa el firmamento terrestre, y así lo afirma la mitología griega, explicando que se trata de leche derramada del pecho de la diosa Hera (Juno para los romanos).

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