Un satélite natural es un cuerpo celeste de menor tamaño que orbita alrededor de un planeta. El satélite natural de la Tierra es la Luna.

Venus y Mercurio son los únicos planetas del Sistema Solar que no poseen satélites naturales orbitando a su alrededor.

Se cree que la razón por la que Mercurio y Venus no tienen satélites naturales es debido a su reducido tamaño. Junto a la Tierra y Marte, estos dos planetas son los más cercanos al Sol. Los científicos creen que durante su formación, Mercurio y Venus no dispusieron de la masa necesaria para formar un cuerpo celeste que orbitara a su alrededor.

En el caso de Mercurio, se explican los astrónomos, la ausencia de lunas estaría bastante claro. Este planeta se halla demasiado próximo al Sol y cualquier posible satélite habría acabado siendo arrastrado a la estrella a causa de su gran masa y su fuerte campo de atracción gravitacional.

En lo que a Venus se refiere, por lógica pudiera tener alguna luna, por la gran cantidad de materia que circuló alrededor del Sistema Solar durante su formación.

En el año 2006 los investigadores Alex Alemi y David Stevenson del Instituto Tecnológico de California, apelaron a que habría existido una alta probabilidad de que contra Venus hubiese chocado al menos un objeto cósmico cuyos restos conformaran algún satélite. Los científicos piensan que, quizás, con el tiempo este se hubiese acabado alejando demasiado del planeta hasta perderse.

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