Los insectos que más se consumen en Colombia, son las hormigas de la especie Atta laevigata (F. Smith, 1858), que es una de cerca de doce especies de hormigas cortadoras de hojas del género Atta. Se encuentran desde el sur de México hasta Paraguay.

Conocidas en Colombia como hormigas culonas (algunos dicen colonas) o mayeras, como zompopos de mayo en Centroamérica, como bachaco culón en Venezuela y chicatanas en México. Han sido comidas durante siglos, como una tradición heredada de culturas precolombinas como los guanes.

Los principales centros de su recolección son los municipios de San Gil, Curití y Barichara en el departamento de Santander, de allí su comercio se extiende a Bucaramanga y Bogotá, donde se venden en paquetes y también se exportan a Canadá, Gran Bretaña y Japón.

Las reinas son las únicas comestibles. Para su elaboración se descartan alas y patas, se sumergen en agua salada y se tuestan en sartenes cerámicas. Algunos creen que son alimento afrodisíaco.

Análisis de este alimento, realizado por la Universidad Industrial de Santander (UIS) muestra que tiene alto nivel de proteínas y de valor nutritivo y bajo nivel de grasas saturadas.

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