Ambos son cefalópodos. Los pulpos son animales con hábitos solitarios, solo se juntan para reproducirse; los calamares pueden vivir tanto en grupos como solos. Los octópodos son menos longevos: entre uno y tres años. Los calamares llegan a los cinco años de vida.

Los pulpos son omnívoros, comen crustáceos, peces y de algas. Mueven sus ocho brazos como si fuesen gusanos y atraen a las presas. Los calamares son 100% carnívoros y su dieta está formada por peces e invertebrados que captura entre sus tentáculos.

El pulpo es bastante más pequeño que el calamar; mide como máximo cinco metros de largo, mientras que los calamares alcanzan los 20 metros de longitud. El calamar presenta una concha interna que está formada por una pieza delgada y plana unida a su cuerpo; el pulpo no.

Los pulpos macho tienen un brazo especial para reproducirse, el hectocótilo, que les permite transferir el esperma a la hembra. Esta fecunda los huevos y los deposita en un espacio específico de la madriguera. Los protege de los depredadores, y muere justo en el momento de que los huevos eclosionan.

Los calamares se aparean en grupos y colocan los huevos entre las algas o en el fondo del océano. La hembra muere tras el nacimiento de sus crías.

Los calamares prefieren vivir en mar abierto y a 1 000 metros de profundidad como máximo, mientras que los pulpos optan por cuevas y madrigueras marinas, entre arrecifes de corales, debajo de piedras o bien cerca de la superficie.

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