El latín y el griego fueron las lenguas oficiales en el Imperio Romano, pero hubo otros idiomas que también tuvieron relevancia a nivel local. La lengua materna de los antiguos romanos era el latín, que servía como "lengua de poder"​ y era muy usada en todo el Imperio Romano,​ en particular por los militares, por la administración y por los tribunales de Occidente.​

Después de haber sido concedida la ciudadanía romana a todos los habitantes nacidos libres del imperio, en el 212 d. C., pasaron a ser muchos los ciudadanos romanos que no hablaban latín, aunque supuestamente debían tener un conocimiento al menos simbólico de esa lengua, la cual continuó siendo una marca de la "romanidad".

El griego koiné se había convertido en una lengua franca en el Mediterráneo oriental y en Asia Menor como consecuencia de las conquistas de Alejandro Magno en el siglo IV a. C.5​6​ La frontera lingüística que dividía el occidente latino y el oriente griego pasaba por la península de los Balcanes.

Los romanos cultos, particularmente los de la élite gobernante, estudiaban griego y frecuentemente adquirían una gran fluidez en esa lengua, la cual era útil para las comunicaciones diplomáticas en Oriente, incluso más allá de las fronteras del imperio.

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