A comienzos del siglo XX la fama de seguridad y eficiencia del Servicio de Correo de los EE.UU. era tal que en 1913 empezó a ser usado para la entrega de paquetes muy peculiares, tal como el traslado de niños. Calculando el precio por kilo del servicio postal, era más económico que los medios tradicionales. El peso máximo era 50 libras (22,7 kg).

El primer “envío” documentado fue el de un niño, el 17 de enero de 1913 sus padres en Ohio lo enviaron a su abuela, que vivía en otra localidad del mismo estado. El niño fue transportado por un precio de 0,15 dólares. El siguiente se produjo el 27 de enero de 1914, la familia Savis de Pennsylvania envió a su hija a familiares del mismo estado, por un precio de 0,45 dólar.

El caso más "extraño" fue el envío de un niño de 2 años por parte de su abuela en Oklahoma. Él mismo llegó a la oficina postal con una estampilla sobre su cuello de 0,18 dólares, el costo de su envío.

El viaje más largo lo realizó Edna Neff. La niña de 6 años de edad viajó desde la casa de su madre en Florida hasta la de su padre ubicada en Virginia, un viaje de 1164 km.

El 13 de junio de 1920 el Congreso de EE.UU. aprobó una ley que tipificaba como delito federal el envío por correo postal de humanos, sin importar el peso. Se agregaban más excepciones, que permitían enviar animales como crías de cocodrilo o escorpiones vivos y cenizas humanas. Además, si pesaba menos de 23 kg pagaba más viajando en tren como persona que como paquete.

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