La etiqueta "Made in..." fue introducida originalmente en el Reino Unido por la Ley de Marcas de Mercancías de 1887,​ para etiquetar los productos extranjeros de forma más obvia, ya que los fabricantes extranjeros habían estado marcando falsamente productos de calidad inferior con las marcas de reconocidas empresas de fabricación británicas y los habían importado al Reino Unido. La mayoría de ellas procedían de Alemania, cuyo gobierno había introducido una política proteccionista para prohibir legalmente la importación de bienes con el fin de crear una industria nacional.

Según el profesor Asaf Zussman, del Departamento de Economía de la Universidad Hebrea, en «The Rise of German Protectionism in the 1870s: A Macroeconomic Perspective», los aranceles sobre el centeno y el hierro introducidos por la Alemania de Bismarck en 1879 causaron una importante reducción de las importaciones con el fin de proteger las industrias alemanas. Como respuesta, el gobierno liberal favorable al libre comercio del Reino Unido introdujo la Ley de Marcas de Mercancías para permitir que los consumidores pudiesen elegir si deseaban o no continuar comprando productos de economías proteccionistas.

Sólo que para entonces, los productos alemanes eran de la misma calidad o superior a los ingleses y esa etiqueta “Made in Germany” pasó a ser sinónimo de buena calidad. Los consumidores ingleses llegaron a buscar aquellos productos específicos que llevaban el “Hecho en Alemania”.

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