Las armas nucleares son dispositivos que poseen un enorme potencial destructivo, que utilizan la energía derivada de la fisión nuclear o la fusión nuclear.

Se han utilizado solo dos veces en la historia. El 6 de agosto de 1945, la primera bomba, apodada Little Boy, fue arrojada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima por un bombardero estadounidense Boeing B-29. Tres días después la segunda, Fat Man, cayó sobre Nagasaki. En las explosiones resultantes, las más terribles que el mundo había conocido hasta el momento, y en las semanas y meses posteriores, debido a la contaminación radiactiva, murieron entre 120 000 y 220 000 personas en ambas ciudades, según diversas estimaciones.

Basándose en los avances científicos realizados durante la década de 1930, los Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y la Francia libre colaboraron durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en lo que se llamó el Proyecto Manhattan, para construir un arma de fisión, también conocida como bomba atómica.

Poco tiempo después de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, la Unión Soviética comenzó a desarrollar su propio proyecto de bomba atómica, y luego ambos países estaban desarrollando armas de fusión aún más potentes, conocidas como bombas de hidrógeno. Gran Bretaña y Francia construyeron sus propios sistemas en la década de 1950, y la lista de estados con armas nucleares se ha ido ampliando gradualmente en las décadas posteriores.

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