Según el Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento, Caín fue el primogénito de Adán y Eva, es decir, su primer hijo varón. Era hermano de Abel, Set y otros hermanos que la Biblia no menciona ni dice cuántos eran.

Caín fue la primera persona que mostró lo malvado que podía ser el hombre después de que el pecado entrara en el mundo.

La Biblia dice que Caín trajo una ofrenda al Señor, una ofrenda que era del «fruto de la tierra». Su hermano Abel, que era pastor, ofreció una ofrenda «de los primogénitos de sus ovejas» (Génesis 4:3,4).

Dios se agradó de la ofrenda de Abel, pero no de la de Caín. Entonces se enfadó fuertemente, y fue advertido por Dios de que si hacía el bien sería aceptado, pero si no lo hacía, el pecado le amenazaba ya a la puerta (Génesis 4:5,7). Caín no pudo dominar su naturaleza caída. Invitó a su hermano Abel al campo, y allí lo atacó y lo mató.

Después de que Caín matara a Abel, huyó como un hombre maldito y se trasladó a la tierra de Nod. Allí tuvo hijos con su esposa y construyó una ciudad, Enoc, por el nombre de su hijo.

Nod significa «vagabundo». Entre los descendientes de Caín se encontraban personas que desarrollaron la cría de animales, la construcción de tiendas y pabellones, inventores de instrumentos musicales y el arte de la forja de metales. La Biblia también destaca la historia de uno de sus descendientes, el tirano Lamec (Génesis 4:19-24).

La historia de Caín aparece en muchas obras de la cultura popular.

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