William H. Taft (Cincinnati, 1857 – Washington, 1930) fue el vigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos y presidente de la Corte Suprema entre 1921 y 1930. Es la única persona en haber desempeñado ambos cargos. Como presidente, fue un hombre extremadamente conservador y prudente, con un concepto muy estricto de su papel como administrador del país.

Muchos historiadores lo describen como el primer mandatario estadounidense obeso y rollizo, quien, pese a llevar con dignidad tal condición, también la vivió como una pesada cadena que arrastró durante toda su existencia.

Dicen las malas lenguas, que más de una vez tuvo que pedir ayuda al servicio doméstico de la Casa Blanca, para salir de la bañera, por quedar atascado. Y que a raiz de ello, Taft mandó instalar allí, una tina enorme (la cual permitía la presencia de cuatro hombres en su interior), debido a los problemas en sumergirse en una de proporciones normales. Con sus más de 330 libras de peso, el mandatario era muy sensible y se acomplejaba con los chistes que se relataban sobre las personas obesas. Fue así que optó por mentir, y durante el discurso del 5 de agosto de 1910, juró y perjuró que en la Casa Blanca no existía una bañera ejecutiva especial de exageradas proporciones.

La mentira fue descubierta por algunos periodistas curiosos que cubrían un viaje del presidente al Canal de Panamá, y pudieron apreciar que el mandatario había trasladado a un crucero de guerra la tina gigante con la cual viajaba.

Más información: www.menshealth.com