El código Morse es un sistema de comunicación que permite la comunicación telegráfica a través de la transmisión de impulsos eléctricos de longitudes diversas o por medios visuales, como luz, sonoros o mecánicos, mediante la codificación de los caracteres de texto como secuencias estandarizadas de dos duraciones de señal diferentes, puntos y rayas.

La duración del punto es la mínima posible. Una raya tiene una duración de aproximadamente tres veces la del punto. Entre cada par de símbolos de una misma letra existe una ausencia de señal con duración aproximada a la de un punto. Entre las letras de una misma palabra, la ausencia es de aproximadamente tres puntos. Para la separación de palabras transmitidas el tiempo es de aproximadamente tres veces el de la raya.

La historia de este sistema comienza en 1837, cuando Samuel Morse y Alfred Vail estaban trabajando en un sistema de telégrafo eléctrico. Decidieron usar un método por el cual cada símbolo era transmitido de forma individual como una combinación de rayas y puntos, es decir, señales telegráficas que se diferencian en el tiempo de duración de la señal activa.

Morse desarrolló una primera versión de su código en 1837 para enviar números, que luego se debían convertir en mensajes completos usando un libro de claves. Este código fue expandido por Vail en 1841 para incluir letras y otros signos, creando así el código actual. Morse reconoció la idoneidad de este sistema y lo patentó junto con el telégrafo eléctrico.

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