El carbón, es una roca sedimentaria organógena de color negro, utilizada principalmente como combustible fósil, muy rica en carbono y con cantidades variables de elementos como hidrógeno, azufre, oxígeno y nitrógeno.

El más duro y más antiguo es el carbón de antracita que contiene alrededor de un 90% de carbono. La mayor parte se formó hace 300 millones de años en una era llamada período Carbonífero.

Formado por plantas que llevan muertas entre 1 y 400 millones de años, y que se extrae de las profundidades de la Tierra, aunque a veces puede aflorar en la misma superficie.

Se trata de un producto fosilizado de la descomposición de bosques tropicales que crecieron en condiciones pantanosas. Zonas que crecía una exuberante vegetación, que al morir se depositaba en las aguas.

Los grandes movimientos geológicos a lo largo de la historia de nuestro planeta, han provocado que estas zonas se sumergieran y emergieran en el transcurso de millones de años.

Se extrae mediante la apertura de dos tipos de minas: de superficie, que se encuentran al descubierto, y subterráneas. La mayoría de las explotaciones al descubierto están a 15 metros de profundidad, mientras que las explotaciones subterráneas se hallan normalmente a cientos de metros bajo tierra.

Hay tres tipos de minas subterráneas: minas de pozo, minas en rampa y explotaciones mineras por galerías, además existen dos métodos habituales de extracción de carbón: el sistema de cámaras y pilares y el sistema de pared larga.

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