Los términos mono y simio son sinónimos, pero en la jerga zoológica suele distinguirse entre ambos por influencia del inglés. Así, se pueden distinguir a los monos del Nuevo Mundo y a los monos del Viejo Mundo de los simios como el orangután, el gorila, el chimpancé y los gibones.

A diferencia de los simios, los monos poseen por lo general cola, tienen un esqueleto más primitivo y son más pequeños.

La forma más básica de distinguirlos es ver si el animal tiene o no cola. La mayoría de los monos tienen cola, mientras que ningún simio la tiene. No obstante, hay un par de especies de macacos que no tienen cola, pero los macacos son monos. Así que para saberlo con seguridad, hay que buscar otras características.

Los simios también dependen más de la visión que del olfato y sus narices son más cortas y anchas que las de los monos. Además, suelen ser más grandes (y en el caso de los gorilas, mucho más grandes) que los monos. Aunque los gibones, uno de los simios menores, pueden ser más pequeños que algunas especies de monos.

Los simios suelen ser más inteligentes que los monos y la mayoría de las especies de simios utilizan herramientas. Aunque tanto los monos como los simios pueden utilizar sonidos y gestos para comunicarse, los simios han demostrado una mayor habilidad con el lenguaje, y algunos simios han sido entrenados para aprender lenguajes de signos humanos.

Más información: economiacircularverde.com