Si bien todas las piezas presentadas en el Museo Nacional de Antropología tienen un gran valor histórico y cultural, hay una pieza en particular cuya desaparición sería notable, además de las complicaciones que representaría su remoción.

Se trata de la escultura que representa a Tláloc, dios nahua de la lluvia, ubicada a las afueras del Museo. Es un monolito con una altura de 7 metros y un peso estimado de 168 toneladas.

En 1964 fue hallado en San Miguel Coatlinchán, Estado de México.

Su traslado al Museo no estuvo libre de obstáculos, incluyendo el sabotaje de los camiones para transportarlo por parte de los habitantes de San Miguel, además de que, debido a sus proporciones, tuvo que diseñarse un remolque especial doble con más de 20 ejes, jalado por dos tractocamiones, capaz de soportar más de 200 toneladas.

Tras una jornada de más de ocho horas se logró colocar a Tláloc donde actualmente puede ser admirado por todos los visitantes del Museo.

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