Frente al Palacio Real de Estocolmo, cruzando un brazo de mar, se encuentra el Museo Nacional de Suecia. Siguiendo la silueta de esta pequeña península se puede ver, en la isla de Djurgården, que esta enfrente, una edificación tipo almacén, con mástiles incrustados en el techo, es el Museo Vasa.

El Museo Vasa se construyó expresamente para contener al buque de guerra de dicho nombre, dado que es el único navío del siglo XVII que ha sobrevivido casi intacto hasta nuestros días.

Fue inaugurado en 1990 y se ha convertido en el museo más visitado de toda Escandinavia.

El barco se construyó por orden de Gustavo Adolfo II, rey de Suecia. Su construcción duró unos dos años. El barco tenía tres palos, podía llevar hasta diez velas, medía 52 metros de la punta del palo mayor a la quilla y 69 metros de proa a popa, y pesaba 1200 toneladas. Era el navío de guerra más poderoso jamás construido.

El 10 de agosto de 1628, el gran buque de guerra zarpó. Cuando se deslizaba hacia la bocana del puerto de Estocolmo una repentina ráfaga de viento comenzó a soplar. El Vasa se escoró, pero logró corregir su rumbo. Una segunda ráfaga golpeó el costado del barco. El agua comenzó a entrar por las cañoneras y el Vasa se fue a pique. Al menos 30 miembros de un total de 200 que componían la tripulación se ahogaron. El Vasa tardaría 333 años en volver a ver la luz.

El Vasa fue reflotado el 24 de abril de 1961 y se convirtió en el impresionante corazón del Museo.

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