Las conocidas como Colinas de Chocolate (Chocolate Hills) se encuentran en Bohol, una provincia insular filipina que está situada en la región de Bisayas Centrales. Son formaciones rocosa formadas de piedra caliza que parecen haber sido creadas por el ser humano. Estas formaciones en forma de colinas están reunidas en un área de unos 50 km2 y, en algunas épocas del año, parecen bombones de chocolate; de ahí el nombre.

Algunos científicos afirman que, cuando el mar cubría la isla, se formaron por la acumulación de restos de coral y que adquirieron esta forma por la erosión, aunque existen otras teorías. No existe unanimidad sobre el número exacto de colinas, algunas fuentes aseguran que son 1268, otras, 1776.

El césped que cubre las colinas se vuelve marrón durante la estación seca, así que su momento más parecido al chocolate es en mayo. La sensación de artificialidad se agudiza cuando se contempla el paisaje desde lejos: todas las colinas tienen una altura y un diámetro muy similares entre sí, y están unas junto a las otras, como pequeñas pirámides cónicas de alguna civilización antigua que rindiera culto al chocolate.

La leyenda filipina tiene una explicación alternativa: que las colinas son las lágrimas secas de un gigante llamado Arogo, que lloró y lloró tras la muerte de su amada. Según el tipo de luz y la época, más que bombones o lágrimas, la isla parece un campo minado por esas elevaciones de arena que indican la presencia de nidos subterráneos de hormigas.

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