Muy seguramente habrás escuchado al menos una vez alguna de estas palabras, ampliamente usadas en el ámbito del yoga: namasté, asanas o chakras. Todas ellas provienen del sánscrito. Incluso la misma palabra yoga deviene del término sánscrito 'yoga', que significa «unión».

El idioma sánscrito es una lengua clásica perteneciente a la subfamilia de las lenguas indoiranias contenidas dentro de la familia indoeuropea. Es uno de los 22 idiomas oficiales de la India, supera los 3000 años y sigue considerándose como una lengua franca para la cultura de la India. La importancia del sánscrito va más allá del yoga. Este milenario idioma ha desempeñado un papel inmenso en el desarrollo religioso, filosófico y cultural de la India y de algunos países cercanos.

El yoga es una disciplina tradicional espiritual, física y mental originada en la India. El yoga es una de las seis dárshanas (doctrinas) ortodoxas del hinduismo. Enfatiza la meditación y la liberación, siendo su texto principal el «Yoga sutra» (400 d.C.).

El yoga tiene varias escuelas, siendo las fundamentales: el raya yoga, jñana yoga y karma yoga, y las no fundamentales hatha yoga, bhakti, ashtanga vinyasa yoga, kriyā yoga y kundalini yoga.

El objetivo esencial del yoga es la reunificación del ser con el Todo y el acceso a la conciencia suprema que nos lleva a la iluminación. Para ello, se proponen una serie de posturas, llamadas asanas, que se combinan con la práctica de ejercicios de respiración, llamados pranayama

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