Babieca era el nombre del legendario caballo del noble castellano Don Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid Campeador. Antes de ser nominado en el "Cantar del Mío Cid", estaba caracterizado sin nombre en el "Carmen Campidoctoris" (compuesto c. 1190); como un caballo norteafricano, comprado por mil dinares, de gran agilidad y velocidad, estas características son muy apreciadas en un caballo por la batalla. El nombre de Babieca se añadió en el Cantar de Mío Cid.

En el siglo XIII, en la "Crónica Particular del Cid", se documenta la tradición posterior que explicó el nombre del caballo, ya que el término babieca solo significa "tonto" o "necio". Se cuenta allí, que el padrino de Rodrigo, queriéndole obsequiar un potro de sus yeguas, lo llevó a que eligiese entre varias yeguas, con buenos potros, diciéndole que escoja el mejor.

Rodrigo eligió un potro feo y sarnoso, y dijo: "¡Este quiero!". Su padrino le dijo: "¡Babieca, mal escogiste!" Entonces Rodrigo le respondió: "Este será buen caballo, y Babieca será su nombre". Fue su fiel compañero durante todas sus campañas, batallas y victorias militares. Según la leyenda, se dice que la última vez que El Cid lo montó, fue muerto; sobre Babieca lo colocó su esposa, para atemorizar a sus enemigos, haciéndoles pensar que todavía estaba vivo. Nunca más nadie volvió a montarlo y murió dos años más tarde, a la inusual edad de cuarenta años. Según esta tradición, fue enterrado en algún lugar del Monasterio de San Pedro de Cardeña.

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