La mantarraya pertenece a la subclase Elasmobranchii, al igual que los tiburones. Existen dos especies: la mantarraya de arrecife y la mantarraya gigante, la más grande. Se encuentran catalogadas como "vulnerables".

Las rayas son animales relativamente inofensivos que no atacan a menos que se sientan amenazados. Cuando son atacadas, embisten con su aguijón con forma de serrucho. Éste se rompe tras el ataque, aunque es capaz de regenerarse a la velocidad que lo hace la uña de un ser humano.

Su esqueleto está compuesto por cartílago y no por huesos. Carecen de púas venenosas en la cola. Poseen dientes, que no sirven para masticar la comida, pero sólo se encuentran en la mandíbula inferior. Su dieta consiste básicamente en zooplancton.

Las mantarrayas son dueñas del cerebro más grande de todos los peces.

Poseen branquias en la zona inferior del cuerpo, mediante las que obtienen el oxígeno del agua.

Son ovovivíparas. La hembra da a luz crías vivas, pero éstas se desarrollan dentro de huevos en el interior materno. Una hembra tiene 1-2 crías a la vez.

Se les ha observado saltar fuera del agua, presumiblemente para eliminar parásitos o para comunicarse, aunque también existe la posibilidad de que el acto constituya un juego.

Se distribuyen únicamente en aguas tropicales, subtropicales y templadas de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico. Sus depredadores naturales son los grandes tiburones, las orcas y las falsas orcas.

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