El nombre beduino proviene del idioma árabe (بدوي) 'bedaui' o 'badawi', que significa 'morador del desierto' (de (بدو) 'bedu', 'badw' en lengua coloquial: allí donde no existe población fija, es decir, el 'desierto').

Los beduinos, originarios de Arabia, viven en los desiertos de Israel, Jordania, Irak, Siria y Arabia Saudita. También se los encuentra en Marruecos, Argelia, Túnez, Malí, Egipto y Libia. Por lo general se organizan en tribus, donde se habla un dialecto.

Los primeros beduinos estaban asentados en la península arábiga y mantenían un vínculo sanguíneo entre sí, más allá de la división en familias. Las diferentes tribus solían tener conflictos en la época del profeta Mahoma, aunque valoraban el valor en la batalla, la hospitalidad y el apego a la poesía.

Antes de Mahoma, los beduinos eran politeístas y veneraban árboles, piedras y otros elementos. Con las enseñanzas del profeta, se convirtieron en musulmanes. De hecho los beduinos fueron actores claves en la difusión del islam.

Los beduinos, para soportar el calor extremo del desierto, utilizan ropa ligera, túnicas que permiten la circulación del aire y libertad de movimiento, proporcionando protección contra el sol y la arena. Sus vestidos se diseñan para cubrir el cuerpo entero salvo la cara, manos y pies.

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