Las hormonas son sustancias producidas y liberadas por diferentes glándulas que tienen diferentes funciones dependiendo del lugar del organismo donde actúan. Las más conocidas son la testosterona, estrógenos, insulina, glucagón, la oxitocina y la tiroxina.

En el cuerpo se localizan múltiples glándulas, todas encargadas de producir sustancia químicas, pero es justo la tiroides que se localiza en la parte anterior del cuello, la que tiene la labor de segregar la tiroxina.

La tiroxina o T4 es una hormona elaborada por la glándula tiroidea que contiene yodo. Es generada por la glándula tiroides que se encarga de controlar el metabolismo de nuestro cuerpo. En esta función la tiroxina tiene mucho que ver, ya que es la que se encarga en convertir las calorías que ingerimos en energía y no en grasa.

También interviene en el ciclo cardíaco, en la necesidad de comer, y además tiene especial relevancia durante la gestación ya que también tiene tareas en la producción de neuronas.

Esta hormona es una de las que más presencia tiene también en los deportistas, pero es necesario que su funcionamiento sea correcto para evitar desequilibrios en el organismo.

Cuando el organismo no tiene más energía lo acusamos y la señal llega al hipotálamo, que detecta fatiga y emite la señal a la glándula pituitaria que da órdenes al tiroides de que es necesario producir tiroxina para obtener más energía mediante la aceleración en la combustión de azúcares y el mayor tránsito de oxígeno.

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