La Basílica de Saint-Denis es conocida por ser el lugar de sepultura de la monarquía francesa, además de tratarse del primer templo que se construyó en estilo gótico.

Está situada en Saint-Denis, cerca de París. Tiene el estatuto de catedral desde 1966, aunque sigue funcionando como abadía.

San Dionisio, primer obispo de París y santo patrón de Francia, fue enterrado en el lugar en el que más tarde se erigiría en su honor la Abadía de Saint-Denis. Durante el año 1136 comenzó la transformación del templo al carácter gótico, que no se vería completado hasta finales del siglo XIII.

La Basílica de Saint-Denis es un templo grandioso con una gran luminosidad que le otorgan las coloridas vidrieras. La parte más especial de la basílica es la compuesta por el deambulatorio, el coro y la cripta, que forman parte del museo en el que se exponen las tumbas de los reyes de Francia.

En las fechas posteriores a la construcción de Saint Denis, el éxito de las formas góticas fue enorme, sobre todo en Francia, en el norte donde surgieron catedrales que parecía que querían competir entre ellas a ver cuál era más alta. Extraordinarios ejemplos de ellos son: Notre Dame de París, la catedral de Chartres, o las catedrales de Reims y Amiens.

Entre los grandiosos sepulcros se pueden encontrar las tumbas de personajes históricos como Luis VIII el León, Felipe IV el Hermoso, Carlos V el Sabio, Isabel de Baviera, Ana de Austria o María Antonieta.

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