¿Cuál de las siguientes afirmaciones sobre los alvéolos pulmonares es cierta?
Los alvéolos pulmonares son pequeñas estructuras con forma de bolsa llenas de aire. Se encuentran al final de las vías aéreas más pequeñas de los pulmones: los conductos alveolares, que ramifican de los bronquiolos (los cuales, a su vez, ramifican de los bronquios). Entre los dos pulmones de un adulto humano puede haber 500 millones de alvéolos o más.
Cada alveolo está delimitado por una pared muy fina, donde tiene lugar el intercambio gaseoso entre el aire inspirado y la sangre. La pared filtra el dióxido de carbono (CO2) proveniente de la sangre; al mismo tiempo que deja pasar el oxígeno (O2), para que sea transportado por la sangre a todo el cuerpo.
Esta fina pared está conformada por unas células llamadas neumocitos. Los hay de dos tipos. Los de tipo I ocupan el 95 % de la superficie del alvéolo, son planos y delgados. Los de tipo II tienen forma cúbica y presentan microvellosidades. Estos no participan en el intercambio gaseoso, pero son importantes por segregar sustancias que mantienen la distensión y recuperación del tamaño de los alveolos.
Tanto en el interior de los alveolos como en su espacio intersticial, pueden encontrarse células macrófagas. Estas tienen la misión de capturar y fagocitar partículas que llegan accidentalmente al interior del alvéolo, por ejemplo polvo, polen, bacterias o detritos del propio alvéolo. Curiosamente, un fumador presenta mayor número de macrófagos, pues tiene que intentar eliminar más sustancias tóxicas por el humo del tabaco.
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