La primera guerra carlista fue una guerra civil que se desarrolló en España entre 1833 y 1840 entre los carlistas, partidarios del infante Carlos María Isidro de Borbón y de un régimen absolutista, y los isabelinos, defensores de Isabel II y de la regente María Cristina de Borbón.

El día de la muerte de Fernando VII su hermano, Carlos María Isidro se proclamó rey de España, produciendo un levantamiento en el País Vasco y Navarra, a los que se le añadió Cataluña.

Dentro de esta primera guerra carlista, el aspirante al trono, Don Carlos, contó con la ayuda de Rusia, Austria y Prusia, mientras que Isabel II contó con la ayuda de Inglaterra, Francia y Portugal.

Uno de los generales más importantes del bando carlista fue Zumalacárregui, que mantuvo en vilo a las tropas liberales durante mucho tiempo. Tras su muerte, el bando rebelde comenzó a desmoronarse produciéndose movimientos liberales en las zonas que hasta entonces habían sido sus bastiones, como fue el caso de Bilbao en el año 1835.

Tras este hito, el general Espartero, líder indiscutible del bando liberal, fue tomando más plazas carlistas, haciendo que ese bando se dividiese aún más, consiguiendo con ello una serie de tratados de paz. El Convenio de Vergara del año 1839 ponía fin a la primera guerra carlista en España, que dejaba como monarca de España a Isabel II. Aunque los combates siguieron hasta el año 1840 con la toma del Maestrazgo aragonés.

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