Durante un breve periodo de tiempo, Bertha von Suttner, una distinguida activista del momento en favor del pacifismo, trabajó como secretaria de A. Nobel.

Tras la publicación de exitosos reportajes antibelicistas, su teoría pacifista fue tomando forma influenciada por algunos intelectuales destacados a los que trató, como Charles Darwin o Henry Thomas Buckle, y el pensamiento progresista y liberal; esta se plasmó en la idea ética de que los seres humanos tenemos la capacidad moral de rechazar la guerra por dañina e innecesaria. Esto puede verse en su ensayo High Life (1886) y en su novela ¡Abajo las armas! (1989). Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1905.

Alfred Nobel (1833-1896) fue un químico comprometido con los derechos civiles. Patentó 355 inventos, entre ellos la dinamita que lo haría multimillonario al mismo tiempo que lo llevaría a sentirse culpable de cientos de muertos, entre ellos uno de sus hermanos. Nunca se casó ni tuvo hijos.

Alfred fue educado por maestros privados. A los 17 años ya hablaba fluidamente varios idiomas. Él y sus hermanos cursaron literatura, química, matemáticas y física. Alfred se interesó por la filosofía y la poesía, estaba fascinado por la literatura inglesa, especialmente por los poetas Lord Byron y Percy B. Shelley. Incluso adoptó una actitud hacia la vida similar a la de Shelley, con un idealismo extravagante, un amor extremo por la humanidad, un carácter pacifista y un ateísmo que rozaba lo fanático.

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