El leopardo (Panthera pardus) es un mamífero carnívoro de la familia de los félidos. Al igual que tres de los demás félidos del género Panthera: el león, el tigre y el jaguar, están caracterizados por una modificación en el hueso hioides que les permite rugir.

También se lo conoce como pantera parda y, cuando presenta un pelaje completamente oscuro como pantera negra (melánico).

Su pelaje está marcado con manchas denominadas rosetas. Las rosetas son circulares en las poblaciones de leopardos de África oriental, y tienden a ser cuadradas en las poblaciones de África meridional y más grandes en las poblaciones de leopardos asiáticos. El patrón de las rosetas es único en cada individuo. ​Se cree que este patrón es una adaptación a la vegetación densa con sombras irregulares, donde sirve de camuflaje.

El pelaje del leopardo es generalmente suave y grueso, notablemente más suave en el vientre que en la espalda. ​ Los leopardos que viven en regiones áridas son de color crema pálido, amarillento a ocráceo y rufo; los que viven en bosques y montañas son mucho más oscuros.

El leopardo tiene una silueta bastante maciza, con la cabeza redonda y la cola larga y fina.​ Sus patas son potentes, con cuatro dedos en las posteriores y cinco en las anteriores, siendo todas sus garras retráctiles.​ Alcanzan de 91 cm a 1,91 m de longitud, más la cola que mide de 58 a 110 cm y una altura en la cruz de 45 a 78 cm.​ Los machos adultos llegan a pesar entre 37 y 90 kg.

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