La duración de un día se determina por la rotación de la Tierra. De los cuatro eventos mencionados, un terremoto de la suficiente magnitud podría cambiar esa duración. Un ejemplo reciente es el terremoto que sacudió el noreste de Japón en 2011. La cantidad de masa que se movió durante el terremoto fue tan grande que hubo zonas del país que se desplazaron unos 4 metros, y el eje de la Tierra se movió unos 17 centímetros, aumentando la velocidad de rotación de la Tierra y acortando la longitud del día en 1,8 microsegundos.

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