Una biblioteca puede definirse, desde un punto de vista estrictamente etimológico, como el lugar donde se guardan libros. Sin embargo, en la actualidad esta concepción se ha visto superada para pasar a referirse tanto a las colecciones bibliográficas y audiovisuales​ como a las instituciones que las crean y las ponen en servicio para satisfacer las necesidades de los usuarios.

Es decir, una biblioteca puede ser a la vez la pieza de mobiliario donde colocamos los libros (que usualmente está formada por varios estantes horizontales) o el edificio en sí, donde podemos consultar y tomar prestados libros y demás.

Una biblioteca es un sitio donde podemos recurrir para leer, buscar información y estudiar. En muchas bibliotecas además se ofrecen servicios de búsqueda online, a través de Internet, y consulta de libros digitales.

En la mayoría de las bibliotecas los libros se encuentran organizados rigurosamente dentro de diez grandes categorías (lo que se denomina “Clasificación Decimal Universal, o CDU). Estas categorías respondes a la siguiente clasificación: Lengua, Artes, Ciencias exactas y Ciencias naturales, Ciencias aplicadas y tecnología, Literatura, Filosofía y Psicología, Historia y Geografía, Ciencias sociales, Religión y finalmente obras de referencia, es decir diccionarios o enciclopedias.

Las bibliotecas son una realidad consolidada a lo largo de más de cuatro mil años de historia, que discurre paralela a la de la escritura y el libro.

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