El fricasé es un plato tradicional originario de Francia que consiste en una preparación a base de carne salteada y guisada que se sirve en una salsa densa y blanca. La fricasé original solía ser de ave, pero poco a poco y con el paso del tiempo se elaboró de ternera, de cordero e incluso de pescado.

Para elaborarla se cuece a fuego lento la carne cortada en trozos durante una hora aproximadamente, estofándola poco a poco y acompañándola de una guarnición aromática, evitando que la carne coja excesivo color. Por lo general la carne se cocina con el hueso lo que le aporta un sabor muy rico e intenso.

Después se enharina y se cuece de nuevo en una salsa ligada o veloute durante media hora más. El fricasé suele llevar nata, mantequilla y en algunas versiones huevo, y se suele acompañar de cebollitas glaseadas en blanco y distintos tipos de setas y hongos.

Etimológicamente la palabra viene del francés 'fricassée', que a su vez puede tener dos orígenes: del latín vulgar 'frigicare', que significa freír, o de un cruce entre dos verbos franceses 'frire', freír y 'casser', romper. La emigración francesa y europea extendió el plato y el término por América, y a veces el término es acuñado a platos ajenos (sin origen o relación alguna) a la preparación francesa.

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