La llama escupe como mecanismo de defensa y disuasión cuando se siente amenazada por algún depredador o persona que se acerca mucho o las incomoda.

Aparte de para defenderse, las llamas también usan esta técnica entre ellas, a veces incluso entre el mismo rebaño.

Las llamas hembras pueden llegar a escupir a un macho para hacerle ver que no tiene ningún tipo de interés en aparearse ya sea porque no le atrae o porque la llama hembra ya está embarazada.

Las llamas pueden escupir como una muestra de dominio sobre otras llamas. Cuando una llama adulta escupe a una llama de menor edad en el rebaño es una forma de demostrar su superioridad y jerarquía dentro del mismo.

Otro escenario dónde suelen escupir es cuando comen y quieren mantener a otras llamas o animales alejados de su comida.

El nivel de intensidad de la saliva que expulsan dependerá de como de amenazadas se sientan. En primera instancia las llamas rocían una pequeña cantidad de saliva si están molestas con algún tipo de invasor. Esta intensidad puede llegar a subir si la amenaza no se va y sigue molestándolas.

Cuando la llama se siente realmente amenazada puede llegar a regurgitar fluidos para lanzarlos a los enemigos. Estos fluidos suelen contener restos de comida que estaban esperando a ser regurgitados.

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