Desde comienzos del siglo XXI, numerosos estudios confirman que los perros pueden contraer el virus del ébola. Pero la enfermedad en ellos es asintomática: el can genera suficientes anticuerpos y no desarrolla la enfermedad. Pasado un tiempo, se deshace del virus a través de sus excreciones.

No obstante, los perros pueden contagiar a personas a través del lamido, los mordiscos y el cepillado. En principio, este peligro solo existe durante un corto periodo de tiempo, tras el cual, desaparece el riesgo de contagio.

En África, se verificaron infecciones humanas por manipulación de otros animales, hallados en la selva muertos o enfermos: antílopes, chimpancés, gorilas, monos, murciélagos de la fruta y puercoespines.

La transmisión entre diferentes especies, esta bastante documentada con cerdos desde 2009. Científicos de Canadá que estudiaban el ébola del Zaire, demostraron en 2012 que un cerdo infectado puede contagiar a un grupo de macacos en la misma sala, sin contacto directo, incluso más fácilmente que el contagio de un macaco a otro.

El caso de los gatos es diferente. No pueden infectarse con este virus. Varios trabajos científicos de 2014 señalan que los felinos domésticos son resistentes al virus del ébola, y parecen no contraerlo.

En general, el riesgo de contagio del ébola de mascotas a personas, se puede evitar con el aislamiento y una actuación veterinaria adecuada. Los gatos son resistentes al virus del ébola y los perros lo eliminan sin tratamiento.

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