Según la leyenda, hace mucho tiempo, los daneses invadieron Escocia sorpresivamente, pero al no usar calzado y en la oscuridad, uno de ellos pisó un cardo y un grito agudo de dolor alertó a los escoceses y evitó una terrible matanza. A la planta que los salvó, se la conoció como «El Cardo Guardián».

No fue sino hasta el reinado de Jacobo III que el cardo fue reconocido como la insignia de los Stuarts, la dinastía reinante en Escocia. En el momento en que Jacobo IV subió al trono en 1488, el cardo se había convertido en un emblema popular.

Esta noble planta se encuentra también en la antigua orden de caballería conocida como «La Orden del Cardo». En Escocia, esta orden representa el más alto honor y es la segunda en importancia después de la Orden de la Jarretera.

Muchas antiguas familias escocesas usaron el cardo como insignia, y también varios antiguos regimientos escoceses. Es la insignia de La Guardia Escocesa y de los Highlanders de la reina.

Entre otros objetos de vestimenta militar, al cardo a menudo se lo encontraba grabado en los sables y quizá en la Espada Tradicional Escocesa («Claymore» o «Claichbeamhr-mohr»), la gran espada de la Edad Media.

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