A las 7:52 A.M., el 20 de Mayo de 1927, Charles Lindbergh aceleró el motor del "Espíritu de San Luis" y enfiló sobre la pista de tierra de Roosevelt Field, Long Island. Bien cargado de combustible, el avión rebotó sobre el campo embarrado, gradualmente fue elevándose, y apenas superó los cables de teléfono sobre el eje del campo. La multitud de 500 pensó que habían presenciado un milagro. Treinta y tres horas y media y 3.500 millas mas tarde aterrizaba en Paris, el primero en volar por Atlántico a solas.