La espuma de la cerveza o giste, es una sustancia de aspecto globular que se encuentra en la parte superior de los vasos de cerveza.

En algunas partes del mundo la llaman "cabeza", "corona", o simplemente "giste", proviene del alemán "gischt" que en español es "espuma de cerveza".

Consiste en burbujas apiladas que se deforman en formas poliédricas que contienen dióxido de carbono en su interior (CO2) debido a la carbonación (fermentación alcohólica de cereales tales como el trigo o la cebada).

La fuerza que mantiene la espuma en una estructura estable es la tensión superficial de las burbujas. La espuma varía según el tipo de cerveza. Puede ser grande y voluminosa, que incluso se salga de los bordes del vaso, o bien una espuma suave y de textura más cremosa, como la de las cervezas stouts (la clásica Guiness).

Incluso se pueden diferenciar por el tipo de marcas que dejan en el vaso, si son más definidas, van dejando anillos y las menos consistentes, dejan sólo algunas manchas.

Para los cerveceros es parte fundamental ya que es ella la que mantendrá la complejidad aromática, ayudando al consumidor a disfrutar de las notas aromáticas y gustativas de cada una en particular. Cuando se forma la espuma, las burbujas de dióxido de carbono suben a la superficie y explotan y así la bebida libera todos los aromas presentes.

Debido a su participación en la estética, durante su elaboración se suelen agregar aditivos con propiedades como el caso del alginato de propilenglicol.

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