La cultura muisca a la cual también se le conoce como cultura chibcha, habitó en lo que se conoce hoy como altiplano Cundí-Boyacense y la parte sur de la región de Santander muchos siglos antes de la llegada de los invasores europeos. Hoy en día sus directos descendientes habitan en los llamados cabildos indígenas, en los alrededores de las capitales de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. Esta cultura fue la base para formar la actual población de una gran parte del territorio central colombiano al mezclarse con los españoles que ingresaron hacia el centro y sur del país.

Esta cultura se dedicaba a las actividades agrícolas teniendo como base fundamental de su producción el maíz, actividades mineras con explotaciones de sal y carbón en las áreas de lo que hoy es Zipaquirá y Nemocón, actividades orfebres de la cual hay un inmenso legado histórico en el museo del oro, el cual alberga la colección de objetos precolombinos más grande del mundo. Esta comunidad poseía una gran riqueza cultural expresada en historias mitológicas con personajes como Bagüe, Chiminigagua, Chibchacun, Furachogua o Bachué, Bochica o Sadigua, Huitaca y muchos otros más.

En la actualidad se encuentran pictografías rupestres en más del 90% de los municipios Cundinamarqueses. También poseían un sistema numérico primitivo y funcional y un calendario solar con el que programaban sus ciclos productivos, el calendario físico fue hallado en el año de 1994 cerca de la población de Viotá.

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