Los hugonotes fueron los seguidores de las doctrinas de Calvino en Francia. En tiempos de los últimos Valois se produjeron constantes enfrentamientos entre los católicos y hugonotes en Francia, dando lugar a una intensa y larga etapa de guerras de religión, con episodios muy violentos y sangrientos como la famosa Matanza de San Bartolomé en agosto de 1572.

Estas guerras se complicaron por la intervención de Felipe II al lado de la Liga Católica cuando murió Enrique III. Enrique IV proclamó el Edicto de Nantes en 1598, que suponía el reconocimiento público y religioso de los hugonotes, prohibiendo cualquier tipo de represalia o depuración e inaugurando una larga y compleja etapa de tolerancia religiosa en Francia, poniendo fin a las guerras de religión.

Esta situación de tensa tolerancia terminó cuando Luis XIV decidió promulgar el Edicto de Fontainebleau en 1685 que revocaba el de Nantes. Esta revocación provocó el exilio de hugonotes a otros estados europeos y hacia América, con consecuencias demográficas y económicas considerables para Francia, ya que se calcula que se marcharon unas 200 000 personas, muchas de ellas pertenecientes a una burguesía muy activa.

Otra consecuencia fue la revuelta de otros calvinistas, destacando la guerra de los camisards. El camino de la tolerancia religiosa en Francia se retomó cuando Luis XVI promulgó en 1787 el Edicto de Tolerancia que ponía fin a todas las persecuciones y disposiciones contrarias hacia los hugonotes.

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