Jean-Luc Godard es uno de los directores franceses más influyentes de la historia. Impulsor, entre otros como Truffaut, Rivette o Rohmer, de lo que se conoció como "nouvelle vague".

Su cine es conocido por ser un tipo de cine vanguardista, muy poético y con un tratamiento muy refinado. Aunque si es algo en lo que innovó fue en cuanto al montaje. Un tipo de montaje que experimentaba con los límites del lenguaje cinematográfico.

A finales de la década de los 50, concretamente en 1959, Godard comenzó el rodaje de "Al final de la escapada", "A bout de souffle". Film que significaría una revolución en la forma de hacer cine, un cine sin reglas establecidas y una pieza clave para el desarrollo del movimiento cinematográfico de la "nouvelle vague".

Para esta película, su ópera prima, Godard contó con los actores Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg. La película fue rodada siguiendo un modus operandi en el que la improvisación era muy importante. Godard, con ayuda de Truffaut y Chabrol, diseñaron unas series de pautas que se debían seguir en cada escena, pero no un guion fijo. El film se estrenó en la Berlinale, donde Godard ganó el Oso de Plata a la Mejor Dirección.

Tras robar un coche, Michel Poiccard mata accidentalmente a un motociclista de la policía, tras lo que prosigue sin remordimientos su viaje a París.

Allí se encuentra con Patricia, una amiga norteamericana de la que se había enamorado, sin saber que la policía lo está buscando.

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