El concepto epífora se utiliza para describir el lagrimeo de ojos constante y excesivo que puede deberse, a dos motivos: un exceso en la producción de lágrima o una anomalía en su drenaje. Es decir que se debe a un desequilibrio entre la producción y la eliminación de la lágrima del sistema ocular.

Este lagrimeo continuo de los ojos fuera de lo normal es una de las consultas más frecuentes en atención primaria.

Las principales causas deben clasificarse en función de si provocan un exceso de producción de lágrima o dificultades en su evacuación.

Infecciones: conjuntivitis, blefaritis, alergias, traumatismos y alteraciones neurógenas de la glándula lagrimal. Problemas de visión no diagnosticados o mal corregidos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo).

Las causas del lagrimeo ocular por dificultad en el drenaje de la lágrima son menos frecuentes que las anteriores y pueden ser funcionales u obstructivas.

Puede ser por el fallo de un mecanismo de la bomba de drenaje, habitualmente debido a una parálisis facial. Defectos de alineamiento que impidan recoger la lágrima e introducirla en el sistema de drenaje. Malposiciones de las fosas nasales por ejemplo, por una desviación del tabique nasal.

El tratamiento dependerá de la causa que haya provocado el lagrimeo ocular constante. Por ejemplo, si se trata de una alergia ocular, el oftalmólogo recomendará remedios como evitar el agente alérgeno polen, polvo y, en algunas ocasiones, indicará el uso de un medicamento concreto.

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