La maleabilidad es una propiedad que similarmente como la ductilidad son propiedades que presentan los cuerpos físicos. A diferencia de la ductilidad, la maleabilidad se refiere a la formación de filamentos, la maleabilidad nos permite la conformación de finas láminas que conservan su integridad ya que no se rompen y no existe ningún método que permita cuantificar estas láminas.

Uno de los elementos maleables por excelencia es el oro, pudiendo llegar a láminas de un espesor igual a los diez milésimos de milímetro. Otro material que se presenta como altamente maleable es el aluminio y gracias a esto que se vio la popularización de su uso en cocina como envoltorio de alimentos y en el empaque industrial, así como en el forrado interno de preservación que poseen las cajas de líquidos.

En muchos casos, la maleabilidad de una sustancia metálica aumenta con la temperatura. Por eso es que los metales son trabajados más fácilmente cuando son expuestos al calor.

Científicos del Centro de Investigación Aplicada Tecnalia Research & Innovation han desarrollado un material inteligente denominado Varstiff, que puede cambiar de forma fácilmente, gracias a su maleabilidad. Pero el detalle que lo vuelve revolucionario es que cuando se le realiza una aplicación de vacío se endurece al punto de presentar una rigidez tal como la del plástico. Como si esto fuera poco, cuando se elimina el vacío, el Varstiff vuelve a su estado original.

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