La hermana saudí de Petra se llama Hegra, y es también conocida como la ‘Petra de Arabia Saudi’.

En 1876, el poeta británico Charles Montagu Doughty escuchó que existía una antigua ciudad, llamada Madain Saleh (Hegra), que era más bonita que Petra, la ciudad perdida situada a caballo entre el golfo de Aqaba y el Mar Muerto.

Con la expansión del imperio romano por Oriente Medio, la influencia de los nabateos comenzó a diluirse hasta que en el siglo I a.C, la ciudad fue abandonada y relegada al ostracismo.

Antes de su declive, Hegra llegó a ser la segunda ciudad más importante del imperio nabateo. Allí confluía gran parte del comercio procedente de Asia; jengibre, pimienta, incienso, azúcar y algodón eran algunos de los productos.

Al igual que en Petra, los nabateos usaron los macizos de arenisca para construir grandes tumbas y panteones. Hegra se convirtió rápidamente en una gran necrópolis a cielo abierto con un total de 131 tumbas. La más antigua data del siglo I a.C y la más reciente del año 70 d.C.

Esculpidas con gran precisión, aún se conservan algunas de las inscripciones que dejaron los nabateos a lo largo de las paredes rojizas.

La tumba más espectacular está construida en un peñasco solitario, conocida como "el castillo solitario". La talla cubre casi toda la superficie frontal de la roca, que mide algo más de 20 metros de altura y aprovecha la forma ovalada de la roca para esconder en sus entrañas las cámaras mortuorias.

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