Se llama escarpe al zapato compuesto generalmente de láminas articuladas que cubría el calzado grueso del hombre de armas, desde la garganta del pie hasta los dedos inclusive; o sea, el empeine.

El escarpe no era comúnmente usado por caballeros u hombres de armas que luchaban de a pie. En su lugar, muchos simplemente usaban zapatos o botas de cuero. Un calzado de metal pesado o puntiagudo obstaculizaría severamente el movimiento y la movilidad en el suelo, particularmente bajo condiciones húmedas o fangosas. Los ataques contra los pies no eran comunes en los combates cuerpo a cuerpo, ya que un golpe al pie del enemigo normalmente pondría al atacante en una posición incómoda y vulnerable.

Los escarpes de los siglos XV y XVI solían terminar en una punta más allá de los dedos del pie del portador, siguiendo las formas de moda del siglo XIV. Los de la primera mitad del siglo XVI terminaban en la punta del dedo y podían ser más anchos que el pie. Eran la primera pieza de armadura que se ponía, y estaban hechos de placas de hierro remachadas. Estas placas generalmente cubrían solo la parte superior del pie.

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